jueves, 20 de octubre de 2011

La exaltación de los sentimientos.

Montones de veces he tenido esta discusión con mucha gente. Un frente opina que los sentimientos se reducen a fisiología y a reacciones electroquímicas del cerebro del tipo: Como estoy liberando más serotonina, estoy más contento. El otro frente, o frente romántico como yo lo llamo, defienden que los sentimientos son más que eso, que son manifestaciones de la "esencia de la humanidad" y que no tienen expresión física como tales: son intangentes pero que tienen realidad.

Un sentimiento es una sensación que nos informa de que algo está ocurriendo. Podemos sentir amor, hambre, dolor de muelas, ganas de irnos etc etc. Sin embargo cuando se habla de sentimientos, se piensa en palabras típicas como el amor, el odio, el hastío, la alegría, la desesperanza, la compasión, el rencor, la soledad, el perdón o el remordimiento. Para empezar, tales fenómenos no existen. Existen ciertamente las palabras, que son de lo más socorridas, pero éstas carecen de contenido afectivo o de correspondencia con hecho alguno; por eso nadie ha podido decir en qué consiste el amor. Los nombres de los sentimientos son las maneras de llamarle a algo que no se puede llamar de ninguna manera. Por eso se oyen protestas del tipo "¿a eso le llamas amor?. 


Parece que es más bonito pensar lo primero, que los sentimientos nos hacen especiales y diferentes del resto de animales. Puede parecer que eso nos hace "más humanos", de algún modo. Cuando te enamoras de alguien es porque las estrellas te habían destinado a encontrarte con esa persona, y cuando tienes un amigo va a estar a tu lado siempre, y cuando te enfadas es porque tienes toda la razón...

El otro frente plantea un reduccionismo que dice que los sentimientos en realidad son reacciones electro-químicas a cambios en el medio externo o interno de la persona. Te sientes bien cuando comes, alguien es tu amigo porque puedes hacer cosas con él que os satisfacen a ambos (hasta que dejen de satisfaceros, claro) y te enamoras de una persona porque, en el afán humano e instintivo de encontrar pareja, encuentras a alguien que satisface más necesidades propias que los demás.

Yo pienso que el problema está en que se han sobreestimado los sentimientos desde el cine, la música, los libros, el arte etc... Y eso ha colado hondo en la cultura popular. Nos venden una idealización, e incluso un modus operandi, de cómo debemos experimentar nuestros sentimientos. ¿Qué sabrán ellos?. Lo bueno de la ficción es que nos permite soñar con cosas que nosotros jamás sentiremos, y juegan con nuestras expectativas de futuro. Las películas de Disney son el mejor ejemplo de la exaltación de los sentimientos hasta niveles inhumanos. No nos engañemos, no existen las princesas ni los príncipes azules, ni los amigos que darían la vida por ti. Somos personas, y como tal somos egoistas y miramos nuestro propio ombligo.

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