jueves, 13 de octubre de 2011

¿Hasta dónde llegarías tú?

Desde la Psicología Social se estudian todas aquellas conductas humanas que se enmarcan en un contexto social, es decir, de relación con otros miembros de la sociedad. No ahondan tanto en las causas biológicas del comportamiento, si no que se centran más en las motivaciones psicológicas de los sujetos.

Entre otras, es la "obediencia" una de las conductas que más ha fascinado a los investigadores. No hace falta explicar lo que es la obediencia porque todos somos objeto y sujeto de obediencia en muchos momentos de nuestra vida, y sabemos lo que es.

¿Pero hasta qué punto somos obedientes? Llegado el momento, ¿Cuánto pesan nuestros imperativos morales contra los imperativos de terceras personas?

 Stanley Milgram, un investigador de gran importancia dentro de la Psicología, planteó un experimento que pretendía dar una respuesta a estos interrogantes...


La prueba era sencilla. Se le decía al sujeto que participaría en un experimento sobre aprendizaje humano bajo condiciones dolorosas. La tarea que el sujeto debía hacer era leer una lista de palabras a otro sujeto, que no estaba presente (y que además estaba compinchado con el investigador). Tras ello el sujeto compinchado debía repetir esa lista, y si se equivocaba el sujeto real debería pulsar un botón, mediante el cual aplicaría una descarga eléctrica. Cada fallo, suponía un aumento en el voltaje administrado por el sujeto real al compinchado hasta voltajes potencialmente mortales. Lógicamente, las descargas no eran reales, y era el compinche el que fingía gritando de dolor a través del altavoz. El investigador, en este caso Milgram, estaba presente y ejercía como figura de poder, instando al sujeto real a continuar con el experimento.

En este vídeo está bastante bien explicado, en español y son apenas 5 minutos.


 

Para mi esto no es más que una prueba más del egoísmo que caracteriza el comportamiento del ser humano. Creo que más que la obediencia, lo que este experimento prueba es lo que Hobbes ya citó en el s.XVII: "Homo homini lupus". El hombre es un lobo para el hombre. Aunque la sociedad trata de encarrilarnos y transformarnos en seres prosociales, en personas que hacen el bien por otras personas, basta que nos liberen mínimamente de la responsabilidad de nuestros actos para que aflore al demonio que llevamos dentro. El mundo de hoy en día es un reflejo de la crueldad del hombre, y del profundo egoísmo que nos caracteriza.

"El hombre al desarrollar su inteligencia,
llegó a convertirse en la bestia más cruel 
que pisa la tierra."  
 Ska-p: Animales de laboratorio.

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