lunes, 19 de diciembre de 2011

Psicologia de la crisis

Estoy harto. Harto y cansado. Harto de no ser más que un simple títere en las manos de hombres y mujeres que tejen nuestras vidas y que nos introducen sin que nos demos cuenta en su mierda de sistema. Cansado de que por mucho que lo intento soy incapaz de escapar de la espiral en la que nos vemos obligados a participar maniatados por las cadenas del dinero y del consumo.

Y también me siento engañado. Día tras dia nos mienten. Nos miente la televisión, nos mienten en los telediarios, nos mienten los gobiernos, nos mienten las empresas y los bancos. Juegan con nosotros porque somos crédulos y dóciles, nos movemos al son de sus cantos de sirena para que fluyamos como ellos quieren que lo hagamos.



¿Cómo es posible que hace 4 años en España se nadase en abundancia, y ahora sin embargo temamos por nuestros bolsillos? Se dice que el gobierno ha derrochado, ¿Dónde está ese dinero? Supongo que el derroche supuso el beneficio de las empresas que dieron sus servicios al gobierno. Esas empresas ahora quiebran una detrás de otra, echan empleados o cierran. ¿Por qué? ¿Acaso el dinero se ha volatilizado? No me considero ningún economista, y de hecho no tengo ni puta idea sobre el tema pero mis preguntas creo que son bastante lógicas.

Me indigna pensar en cómo juegan con nosotros. Voy a poner un ejemplo. Hace 5 años, una parejita recién casada con sueldos de 1500 euros cada uno quería comprarse una casa. Tras mucho buscar encuentran la casa de sus sueños: Un chalet adosado de la hostia de grande con cuatro habitaciones, un jardín etc... El precio, 400.000€, un capricho. Contentos ellos iban al banco a pedir un préstamo hipotecario para comprarse su casita y formar una familia. El señor del banco les recibía con la sonrisa del que sabe que está haciendo el negocio de su vida, pues ese señor piensa "Cojonudo, les presto lo que quieran y con los intereses me forro, no me importa que estén toda su puta vida pagando." - Primer error, suponer que esa parejita podrá pagar dicho crédito - Pero volvamos al ejemplo: Esa parejita tiene su préstamo y se compra su casa.

Años después acontece la crisis, si es que existe. -Algún día escribiré sobre ello- La parejita se queda sin trabajo y no puede pagar su préstamo. El banco les desahucia, se queda con la casa y la revende a algún ricachón o afortunado por 250.000. No he pensado en el fin de la historia, igual se mueren debajo de un puente, se van a vivir a una cueva o, lo que es más probable, de vuelta a casa de mamá y/o papá.

La cuestión clave de la historia, lejos de la historia de la parejita que no sirve más que para contextualizar, es que una casa que se compró por 400.000 luego se vendió ¡¡A la mitad de precio!! Lo que estoy diciendo es que una empresa inmobiliaria dobla el valor de la construcción de la vivienda, porque sí. Porque puede. Y esto, solo tiene un nombre: Timo.

Las empresas nos timan y nos han estado timando hasta que la situación, después de tensarla hasta la saciedad, no ha resistido más y ha estallado. Solo por el afán de unos pocos de hacerse más y más ricos.

Y, sinceramente, lo de la oferta y la demanda...me cuesta creerlo -Vuelvo a insistir en que no soy economista, sólo describo realidades- Esa ley de la oferta y la demanda no me parece más que una invención del sistema económico para poder justificar los timos. Si se compran muchas casas, suben de precio. Perdona, ¿Por qué? ¿El cemento acaso es más caro? ¿Los ladrillos? ¿Ahora el cemento es más barato que antes, y por eso las casas valen más? ¿El señor albañil no hace el mismo trabajo ahora que antes?

La respuesta es muy simple: Los precios, se los inventan. Como decía al principio: Nos mienten. Pagamos mucho más por las cosas de lo que valen, y nosotros nos habituamos a ello y no nos sorprende. Como no nos sorprende que ahora todo baje "supuestamente" de precio, y sin embargo las grandes empresas sigan teniendo beneficios -Por no hablar de los bancos, que esos...en fin-


Es muy posible que esté diciendo barbaridades a ojo de un economista entendido en la materia. Pero poco importa, pues yo me limito a dar mi opinión acerca de lo que puedo ver, y lo que veo es que lo que hoy uno decide que vale 10, mañana valdrá 5, pasado 15 y así nos tienen entre pitos y flautas y nosotros, como buenas ratas, nos limitamos a ser dirigidos por la mano invisible que decide qué caminos bloquear y cuales descubrir.

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